La colocación de 4,6 kilómetros de tuberías permitirá llevar los vertidos a la EDAR de León.
Las obras del colector de Carbajal ahorrarán 575.000 litros de aguas sucias al Bernesga.
Sariegos pondrá este mes el punto y final a ocho años de vertidos contaminantes al río Bernesga. El último trámite, que consistía en colocar las tuberías del colector de Carbajal de La Legua, ya está en marcha y, según las previsiones, las obras concluirán en dos semanas. Así, los 2.300 vecinos de Carbajal y el Alisar de Azadinos ahorrarán 575.000 litros de aguas sucias al río, ya que el colector permitirá llevar los residuos de estas poblaciones hasta la EDAR (Estación Depuradoradora de Aguas Residuales) de León capital y desde allí, a la depuradora.
El problema de los vertidos, que ha generado decenas de denuncias de la Confederación Hidrográfica del Duero, se remonta al año 2000. El Ayuntamiento de Sariegos llegó a realizar un completo informe sobre la escasa capacidad depurativa de su red ante el aumento poblacional.
En el documento se explicaba que las urbanizaciones de Monteleón, El Montico, El Soto, El Hayedo, Los Acebos, Los Sauces, Los Girasoles, El Robledal y Los Llantales de Carbajal, junto con los barrios del Alisar y Caboalles de Azadinos disponían «de una red de saneamiento unitaria con vertido directo al río Bernesga». También se indicaba que los restos de las antiguas fosas sépticas, fuera de servicio, tendrían «una capacidad irrisoria para atender a las necesidades de la población actual».
Para solucionar ese déficit depurativo se proponía la construcción de un colector que enganchara a la red de León ciudad. El primer obstáculo que encontró Sariegos para llevar adelante el proyecto fue abrir la puerta de la Mancomunidad de Saneamiento de León y su alfoz, un organismo del que estaba excluido a pesar de su cercanía a la capital, y al que accedió en abril del 2006. Ese año también se confirmó la subvención prometida por la Junta para construir el colector, de 796.000 euros, lo que dio alas para soñar con la solución definitiva a los vertidos. La colocación de esos 4,6 kilómetros de tuberías, que ya se están rematando, «ha sido una de las mejores noticias» que ha recibido el alcalde, Ismael Lorenzana, según reconoce. «Ha costado, pero por fin dejaremos de ser un municipio contaminante», asegura.